viernes, 11 de noviembre de 2016

Vivencia y percepción de un espacio museístico




Hoy voy a hablar de la  vivencia y percepción de un espacio museístico.

Como bien sabemos, llamamos museo a aquel lugar que encierra objetos e información con cierto valor cultural que se expone a los visitantes y que, también, son objeto de estudio.

He de decir que, después de haber leído la obra de Andrés Carretero Pérez, comparto  muchas de sus opiniones y voy a comentar un poco lo que plasma. Parte de la base de que la función que se supone deben cumplir los museos no se corresponde con la que realmente cumplen.

Los museos son meramente objetuales. Según mi vivencia como visitante en alguno de ellos lo que veo son sólo objetos que representan tradiciones populares de varias épocas, pero esto no debería de ser así, porque un museo antropológico esconde detrás de estos objetos algo más. Como bien afirma Carretero: “se trata de exponer conceptos y procesos sociales en lugar de simples objetos”.
Aquí por tanto encontramos el problema, ya que no se profundiza en el objeto, no se lleva a cabo un análisis en el que se plasme un concepto para entender cómo funciona la cultura que esconde cada objeto expuesto.

Podría hablar de las teorías de varios historiadores que opinan que la movilización de dichas obras valiosas a un museo provoca una gran pérdida de lo que es el sentido de la misma obra, porque la apartamos de su contexto y le quitamos parte de su esencia y de lo que esta transmite.
Para entender esto podría hablar de Las Metopas del Partenón conocidas como Mármoles de Elgin cuando fueron compradas por un oficial británico que ordenó quitarlas y desde 1939 estos mármoles están expuestos en una sala del Museo Británico de Londres.




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